La astenia: causas y consejos

La astenia: causas y consejos

Antes que nada, es necesario definir el término astenia para saber de qué hablamos. La astenia equivale a cansancio, debilidad, sensación de falta de energía o de fuerzas. Es un síntoma muy frecuente, sobretodo en pacientes oncológicos, que puede ser debido a múltiples causas.

Causas que favorecen la aparición de la astenia:

  • Los trastornos de la esfera emocional son, posiblemente, la causa más frecuente con diferencia.
  • Algunas infecciones agudas
  • Medicamentos.
  • Enfermedades orgánicas: enfermedades metabólicas, anemia, neoplasia, enfermedades neuromusculares, otras enfermedades de órgano, síndrome de fatiga crónica, etc.
  • Fisiológicas: embarazo, exceso de actividad, falta de sueño, dieta inadecuada, etc.

Cómo se manifiesta: Dependiendo de la causa, la astenia se manifestará y sobre todo se vivenciará de forma muy distinta.

  • Puede ser una sensación de falta de vigor o energía, de cansancio, pero que no acaba limitando apenas la capacidad física real.
  • Puede ser mucho más limitante y de presentación (y resolución) aguda.
  • Puede ser más intensa y duradera en el tiempo, causando un grado de debilidad que limita la capacidad para desarrollar tareas o trabajos habituales, y que se puede acompañar de alteraciones en el carácter (irritabilidad) o en el nivel de alerta (somnolencia).
  • Puede referirse como un agotamiento severo y desproporcionado a la actividad desarrollada.

Consejos a seguir para evitar la astenia: Primero, tenemos que tener claras algunos conceptos:

  • Lo más habitual es que la astenia no severa tenga un origen benigno.
  • La astenia es un síntoma muy subjetivo y que está muy relacionado con el estado de ánimo.
  • En ocasiones, basta un interrogatorio para revisar hábitos (incorrectos) cuya modificación puede resolver la astenia.
  • La astenia en el paciente oncológico se comporta de forma distinta.

Recomendaciones:

  • Examinar los hábitos (horas de sueño, actividad desplegada, dieta adecuada a la actividad) antes de alarmarse.
  • Acudir al profesional para que realice una valoración individualizada.
  • Una vez detectada la causa, adecuar el nivel de actividad a la que puede tolerarse.
  • Evitar el autoconsumo de fármacos.
  • No “disfrazar” la astenia consumiendo sustancias estimulantes sin tener antes un diagnóstico de su origen.

Cuándo consultar al médico:

  • Cuando la astenia aparece de forma súbita sin causa conocida.
  • Cuando se acompañe de otras manifestaciones clínicas “nuevas”.
  • Cuando la astenia se prolonga en el tiempo (meses).
  • Cuando la astenia, por su intensidad, limita la actividad habitual.
  • Cuando, aún conocida (y tratada) su causa, evolucione progresivamente y vayan aumentando la severidad y las limitaciones que produce.